
La historia de Isaac prosigue, centrándose en su familia y su obra. Aunque Abraham había muerto, las promesas de Dios hechas a el continúan en las personas de su hijo Isaac y sus nietos gemelos Esaú y Jacob. El pecado tambien sobrevive -como vemos en la usurpación de la primogenitura de su hermano por Jacob, y en que Isaac repite el engaño de su padre. Sin embargo, a pesar del fracaso humano, el pacto de Dios permanece firme, como lo dijo en sus palabras a Isaac: "Confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre" (26:3).
"Dios no tiene nietos". Quizás hayas leído este dicho en el parachoques de un auto. Quiere decir que cada generación tiene que relacionarse personalmente con Dios por fe. No es suficiente que tus padres confiaran en Cristo como su Salvador; tú tienes que hacer tu propia desición. De igual manera, tus hijos no son salvos simplemente por que tú lo seas. Es una desición personal, individual. Tú llegas a ser un hijo de Dios por fe en Cristo. También tus hijos... y tus nietos. Visto de esa manera, es claro que ¡Dios no tiene nietos!.
Y es lo mismo con las promesas de Dios. Cada generación tiene que aprender a reclamarlas personalmente para gozar de sus beneficios. Dios tiene para tí hoy promesas que los cristianos han estado reclamando por siglos.
Examina tú relación con Cristo. ¿Es estrictamente de primera mano, basada en fe personal en la obra terminada de Cristo en la cruz? ¿O estás descansando en el conocimiento de segunda mano de tus padres, tu iglesia, o tus amigos para salvación? Tú puedes llegar a ser un hijo de Dios ahora mismo por creer en su Hijo (Juan 1:12) y entonces decubriras el gozo de comprobar que las imperecederas promesas de Dios se cumplen en tu propia vida. Pero la desición es tuya. Dios dijo: "Yo haré..." ¿Que dices tú? ¡Dilo a tu Padre celestial ahora mismo!
Una tradición familiar.
La cueva de Macpela en Hebrón, originalmente comprada por Abraham de Efrón el heteo como tumba para Sara, pronto sería el lugar para sepultar a Abraham mismo (25:9); Isaac, Rebeca y Lea (49:30-31); y Jacob (50:13)
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