Al leer ayer Exodo 25 al 27, puede que te haya sido difícil relacionarte con todos los detalles del centro mobible de adoración de Israel, el tabernáculo. Vuelve atras por un momento a ver el cuadro completo. -Un cuadro de nuestra relación con Dios.
Cada aspecto del tabernáculo -muebles, cubiertas, atrio- simboliza alguna fase de nuestra vida con Dios. Entramos en la esfera de la vida espiritual, acercándonos al Santo mediante el sacrificio, siendo limpiados por el agua, y pasamos al lugar santo en adoración y entrega.
Ya no se adora en un tabernáculo. Para Israel, el templo llego a ser el asiento de su vida espiritual. Hoy, podemos considerar nuestra iglesia como nuestro centro de Adoración.
Pero el tabernáculo, en esencia, tipifica la relación que como cristianos tenemos con Dios mediante su hijo Jesucristo, quien es nuestro sumo sacerdote. El tabernáculo de Moisés sirvió como el lugar de encuentro de Dios con su pueblo, y simbolizaba el perfecto acercamiento a Dios que tenemos mediante la sangre de Cristo, quien "tabernáculo" con nosotros cuando estuvo en la tierra (ver Juan 1:14).
Por su perfecta ofrenda de si mismo -un sacrificio sin tacha, perfecto, aceptable, hecho de una vez y para siempre- tenemos redención y vida eterna, y debido a ello, podemos entrar confiadamente en el lugar santísimo para tener comunión intima con nuestro Dios.
Jesucristo cumplió por nosotros los requisitos de Dios, nos dió el poder de vivir vidas santas, y nos proveyó de su fortaleza y paz. "Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el lugar santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquemonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura" (Hebreos 10: 19-22)
Pon ese pasaje en practica ahora mismo... sobre tus rodillas.
Mediante Jesucristo has entrado en el tabernaculo celestial, para morar eternamente en la gloriosa presencia de Dios.
Pero no guardes esa gran bendición para ti solo. Despues de lerr Hebreos 10 hoy, procura hablar a alguien acerca de la salvación que pueden obtener mediante Jesucristo, el gran sumo sacerdote.
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