
Como indeseado precursor del destino terrenal de los cristianos en casi todas las épocas, el reinado de Domiciano (81-96 dC) se desató sobre el mundo romano al costo de la muerte de su hermano mayor, Tito, en el año 81 dC. Domiciano aportó a la función imperial una gran capacidad para la astucia intelectual, amargura y vanidad. A medida que fueron aumentando estás últimas cualidades, el culto al Cesar iba prosperando. Las comunidades judías seguramente iban a sufrir; pero los cristianos, con la intensa promoción evangelistica impulsada con su nueva fe, fueron los inevitables blancos del acosamiento imperial. Las persecuciones anteriores, tanto a manos de los judíos como de Nerón (64-68 dC), fueron fenomenos relativamente focalizados. Ya para la época en que murió Domiciano en el 96 dC, muchas provincias del imperio habían sufrido los efectos de los edictos imperiales.
Juan el discípulo amado, el hombre a quien Jesús llamó el "hijo del trueno", aparentemente fue el único de los 12 apóstoles que todavía vivía en el 90-96 dC. El anciano Apóstol registró en el Apocalipsis la esperanza de la iglesia y de Israel, que le reveló Jesús por medio de un ángel, a través de una serie de visiones sobrecogedoras. Buena parte del lenguaje lleva a pensar en el énfasis claramente juanino del Evangelio que lleva su nombre. Otras indicaciones de que el Apóstol Juan escribio el Apocalipsis puede deducirse del testimonio de Ireneo de Lyón quien fue alumno de Policarpo, pastor de Esmirna, quien, a su vez fue un protegido de Juan, por quien tambien se convirtió. Ireneo verificó que Policarpo a menudo mencionaba a Juan como el que había escrito el Apocalipsis durante el reinado de Domiciano. Toda una hueste de padres de la iglesia, tales como Orígenes, Tertuliano, Clemente de Roma e Hipólito, concuerdan con esta aseveración.
Si bien nunca ha habido unanimidad con respecto a la fecha del Apocalipsis, la mayor parte de la erudicción evangelica sigue la afirmación de Ireneo de que el momento y la ocasión de la composición del libro fue la última parte del reinado de Domiciano. Caracteristica del asedio de Domiciano a la naciente comunidad cristiana era la práctica del exilio. Juan escribe esta epístola desde el exilio en Patmos, una isla rocosa en forma de herradura, ubicada a unos 40 kilometros de la costa de Asia menor, directamente al oeste de Mileto. Patmos resulto ser un lugar ideal para la confinación de presos politicos. Es posible que Juan haya trabajado en las canteras junto a vagabundos y esclavos del imperio, extrayendo materiales para templos paganos y edificios estatales. En medio de semejantes agonías, el Señor pudo revelar a Juan, en forma única, una visión.
Apocalipsis como titulo de e
sta solemne espístola circular, se deriva del titulo griego apokalupsis. Este último término es combinación de kalupto, "descorrer", y apo "de"; por ello "descorrer el velo" o "revelar". Aquello que se revela o a lo cual se le quita el velo en Apocalipsis es preeminentemente el Cristo glorificado y entronizado. Las visiones posteriores profetizan sobre el curso de la era, comenzando con la gran tribulación y culminando en la eternidad. Se revela el futuro de reinos y movimientos, pero en el centro de todo está el Cristo vencedor.

En este libro, Juan combina tres tipos de literatura: Apocaliptica, profética y epistolar. Juan alude extensa y frecuentemente al AT. Aunque no hay ninguna cita directa, el libro de Daniel es particularmente significativo como fuente para el uso que hace Juan de figuras, lenguaje y alusiones.
Debido al rico simbolismo del Apocalipsis, los enfoques interpretativos de la comunidad cristiana, han diferido radicalmente. La comprensión que se tenga del reinado de Cristo durante los mil años ha de resultar particularmente importante al influir en la forma en que se interpreta el contenido del libro.
Apocalipsis 1:19 es crucial para una interpretación correcta del Apocalipsis: Este versículo divide el libro en tres secciones distintas, que Juan ha sido comisionado para registrar. Debe escribir (1)Las cosas que ha visto, (2)las que son, (3)Las que han de ser después de estas. Este encargo refleja el contenido del resto del libro que comprende un vistazo profético al programa de Dios, es decir, después de la era de la iglesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario