
Definamos: Ciencia es el conocimiento cierto de las cosas por sus causas. En el camino del progreso, que es salud, hay tres etapas: 1.- Conocer la verdad; 2.- Comprenderla y 3.- Realizarla.
Para llegar a la meta gloriosa de la salud es menester el conocimiento de las leyes naturales, comprensión de las mismas y práctica en la adecuada aplicación de estas mismas leyes que nuestra vida artificial ha colocado en el último lugar.
La sabiduría está en la naturaleza y no en el laboratorio.
Para ser sabio de verdad, preciso es observar la obra del Creador -vale decir la naturaleza-; practicar sus leyes inmutables y adquirir la suficiente experiencia personal. La salud vale más que la vida porque ésta sin aquella no vale la pena vivirla. "Ignorancia de la salud" es una de las principales causas de las enfermedades que el hombre sufre en el curso de su existencia.
Se entiende entonces la vital importancia que tiene el instruir al niño, al hombre y a la familia en tan importante materia, objeto que nos proponemos a través de estos artículos.
Al enfrentar el hombre los quebrantos de todo género con que la falta de salud lo acecha a cada paso en su vida, se encuentra con que el bagaje de sus conocimientos trabajosamente adquiridos en la escuela, en el taller , en la práctica, de nada le sirven ante el enemigo que, lenta y seguramente, socava su salud, dejando cada día expuesto a la ruina todo el edificio de su bienestar.
La escuela enseña al niño y al joven variados conocimientos que se consideran indispensables para asegurar el éxito en la vida; sin embargo ese jovén y ese niño, emprenden la jornada sin conocer los medios de guiar y cuidar la delicadísima máquina que el Creador ha puesto a disposición de cada hombre para cumplir su destino moral y físico.
Muchos hombres de hoy, transitan por la vida como pobres peregrinos sin conocer la felicidad, aliada inseparable de la salud. Los irracionales, en cambio, estando en libertad, conocen el camino de su bienestar y de el no se apartan realizando normalmente su destino.
Emprendamos pues juntos estos sencillos consejos, estos entrando a los hogares, abriran los ojos de muchos padres para aprender lo que ha ellos no les enseñaron y tener la felicidad de enseñar a sus hijos lo que la escuela no les enseña: La ciencia de vivir sanos de cuerpo y alma, buscando las fuentes de esta felicidad en el generoso regazo de la madre naturaleza.
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