viernes, 29 de enero de 2010

SATANAS Y LAS UNIONES POLITICAS


En la profecía de Daniel, Dios anuncia una sucesión de imperios mundanos. Le dice a Nabucodonosor que él era la cabeza de oro de la gran estatua del sueño que Daniel le hizo recordar y que le interpretó. A continuación de Nabucodonosor vendría el imperio de plata de los Medos y los Persas, seguido por el reino de bronce de los griegos y por último el imperio de hierro de Roma. (Daniel 2). Aunque Dios dijo que los reinos de este mundo no van a durar sino que caerán en aplastante derrota antes del poderoso regreso del Señor Jesús, Satanás a hecho todo lo que ha tenido a su alcance tratando de reforzar a los imperios terrenales, procurando tener algo de la fuerza humana para utilizar en su lucha contra los planes de Dios.
Hemos visto cómo le dio poder a las naciones que salieron de Cam durante más de mil años. Cuando se hizo evidente que Jafet era el que con certeza iba a dominar, Satanás trasladó sus esperanzas a este tercer hijo de Noé y a las naciones que descienden de él. Dios había dicho que Jafet moraría en las tiendas de Sem, y esto fue lo que sucedió durante casi dos mil años. Satanás sabe que las promesas son para los hijos de Sem, por lo tanto, encuentra placer en apoyar a Jafet. Miremos por un momento una o dos caracteristicas de la era "cristiana". El poder del Imperio Romano era grande, pero en su interior estaban instaladas las fuerzas de la decadencia y estaba condenado a que otro lo eclipsara. Una y otra vez, Satanás trato de revivir a su fantasma. Carlo Magno fue su primer esfuerzo. El santo Imperio Romano (que, como señala Lord Bryce , no tenía nada de santo, ni de romano, ni de imperio) metió su empequeñecido ser dentro de la toga gigante de los cesares pero sin conseguir los resultados esperados. Carlos V de España, Napoleón, el kaiser Wilhelm y Hitler fueron diversas marionetas de Satanás que se movieron en la misma dirección pero que nunca tuvieron un éxito definitivo. Los reyes adoptarón los nombres de los césares y su distorsionado esplendor se hizo eco en Europa hasta nuestra propia generación, cuando la figura alemana del kaiser desapareció en la primera guerra mundial, y su última sílaba, zar, se perdió en la revolución rusa.
La razón salta a la vista. Satanás no puede unir al mundo político. Si un intento hacía la unidad del mundo tal como las naciones unidas de verdad diera sus frutos, Satanás podría señalar esto como su éxito en unir a la humanidad, y traer paz a la tierra a través de la unión de los esfuerzos humanos y los suyos, esto el podría presentarlo como su gran logro y solicitaría la no intervención de Dios en los asuntos humanos.
Si la justicia pudiera venir de un conglomerado de esfuerzos por parte de los que edifican reinos, el regreso de Cristo sería innecesario. Sabemos que esto no será nunca así, Dios lo sabe y por eso decidió intervenir en nuestros asuntos enviando a su Hijo para rescate de aquellos que estamos en total desacuerdo con el gobierno mundial de Satanás.

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MENSAJE PROFETICO

"Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo esta cerca" (Apocalipsis 1:3)