Con el tabernáculo terminado Dios le da a Moisés instrucciones acerca de los cinco tipos de sacrificios que serían ofrecidos en el tabernáculo. Tres de ellos -ofrendas de olor grato- eran expresiones voluntarias de adoración adaptadas a lo que la persona podía dar. Dos -ofrendas de olor no grato- se requerían donde el pecado había roto la comunión con Dios. En el holocausto el adorador declaraba su entrega total a Dios; en la ofrenda de harina reconocía que sus posesiones materiales pertenecían enteramente al Señor; con la ofrenda de paz expresaba públicamente su gratitud o hacía un voto de servicio espiritual a Dios.
Sacrificios para el siglo veinte.
los sacrificios de animales, esenciales para la adoración del Antiguo Testamento, cesó con el sacrificio de Cristo en la cruz hecho una vez y para siempre. Pero Pedro nos dice que todos los creyentes son sacerdotes que continuamente ofrecen sacrificios espirituales aceptables a Dios (1 Pedro 2:5).
Hoy leerás acerca de tres sacrificios que el Antiguo Testamento ordena a cada israelita. Pero ¿sabías que el Nuevo Testamento prescribe por lo menos tres "sacrificios" al creyente -tres maneras en que puedes ofrecer un sacrificio a Dios hoy?
En vez de un holocausto, puedes ofrecer tu cuerpo como "un sacrificio vivo... a Dios" (Romanos 12:1); en lugar de una ofrenda de harina, tus posesiones materiales: "un sacrificio aceptable", ayudando a alguien en necesidad financiera (como hicieron los Filipenses con Pablo; ver Filipenses 4:18); en vez de ofrenda de paz, el "sacrificio de alabanza" a Dios (Hebreos 13:15), una expresión verbal de acción de gracias por su cuidado y provisión.
Hoy sería un buen tiempo de ofrecer un sacrificio de olor grato a Dios. Toma uno de los tres sacrificios descritos anteriormente y practícalo, dedicando cada parte de tu cuerpo al servicio de Dios (sacrificio vivo), o entregando un cheque a algún necesitado (sacrificio aceptable.
Sacrificios para el siglo veinte.
los sacrificios de animales, esenciales para la adoración del Antiguo Testamento, cesó con el sacrificio de Cristo en la cruz hecho una vez y para siempre. Pero Pedro nos dice que todos los creyentes son sacerdotes que continuamente ofrecen sacrificios espirituales aceptables a Dios (1 Pedro 2:5).
Hoy leerás acerca de tres sacrificios que el Antiguo Testamento ordena a cada israelita. Pero ¿sabías que el Nuevo Testamento prescribe por lo menos tres "sacrificios" al creyente -tres maneras en que puedes ofrecer un sacrificio a Dios hoy?
En vez de un holocausto, puedes ofrecer tu cuerpo como "un sacrificio vivo... a Dios" (Romanos 12:1); en lugar de una ofrenda de harina, tus posesiones materiales: "un sacrificio aceptable", ayudando a alguien en necesidad financiera (como hicieron los Filipenses con Pablo; ver Filipenses 4:18); en vez de ofrenda de paz, el "sacrificio de alabanza" a Dios (Hebreos 13:15), una expresión verbal de acción de gracias por su cuidado y provisión.
Hoy sería un buen tiempo de ofrecer un sacrificio de olor grato a Dios. Toma uno de los tres sacrificios descritos anteriormente y practícalo, dedicando cada parte de tu cuerpo al servicio de Dios (sacrificio vivo), o entregando un cheque a algún necesitado (sacrificio aceptable.
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