lunes, 1 de febrero de 2010

AÑO BIBLICO: 1 de febrero, Levítico 1 al 3

Con el tabernáculo terminado Dios le da a Moisés instrucciones acerca de los cinco tipos de sacrificios que serían ofrecidos en el tabernáculo. Tres de ellos -ofrendas de olor grato- eran expresiones voluntarias de adoración adaptadas a lo que la persona podía dar. Dos -ofrendas de olor no grato- se requerían donde el pecado había roto la comunión con Dios. En el holocausto el adorador declaraba su entrega total a Dios; en la ofrenda de harina reconocía que sus posesiones materiales pertenecían enteramente al Señor; con la ofrenda de paz expresaba públicamente su gratitud o hacía un voto de servicio espiritual a Dios.
Sacrificios para el siglo veinte.
los sacrificios de animales, esenciales para la adoración del Antiguo Testamento, cesó con el sacrificio de Cristo en la cruz hecho una vez y para siempre. Pero Pedro nos dice que todos los creyentes son sacerdotes que continuamente ofrecen sacrificios espirituales aceptables a Dios (1 Pedro 2:5).
Hoy leerás acerca de tres sacrificios que el Antiguo Testamento ordena a cada israelita. Pero ¿sabías que el Nuevo Testamento prescribe por lo menos tres "sacrificios" al creyente -tres maneras en que puedes ofrecer un sacrificio a Dios hoy?
En vez de un holocausto, puedes ofrecer tu cuerpo como "un sacrificio vivo... a Dios" (Romanos 12:1); en lugar de una ofrenda de harina, tus posesiones materiales: "un sacrificio aceptable", ayudando a alguien en necesidad financiera (como hicieron los Filipenses con Pablo; ver Filipenses 4:18); en vez de ofrenda de paz, el "sacrificio de alabanza" a Dios (Hebreos 13:15), una expresión verbal de acción de gracias por su cuidado y provisión.
Hoy sería un buen tiempo de ofrecer un sacrificio de olor grato a Dios. Toma uno de los tres sacrificios descritos anteriormente y practícalo, dedicando cada parte de tu cuerpo al servicio de Dios (sacrificio vivo), o entregando un cheque a algún necesitado (sacrificio aceptable.

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MENSAJE PROFETICO

"Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo esta cerca" (Apocalipsis 1:3)